Para que tu hijo o estudiante sea feliz, el necesita de:
o Encontrar y poder expresar su identidad y ser aceptado por los que los aman, en su hogar en su colegio y en su grupo. Hay que ayudarle a quererse, a ser el mismo, sin presiones que intente moldear una forma de ser distinta. Resulta grave que un niño se sienta que en su grupo de escuela o de vecindario es más valorado que su en su casa o en el aula de clase.
o Un acompañamiento paciente e inteligente: necesita sentir que lo aman con un amor incondicional, esto lo hace menos vulnerable y le genera autoconfianza y aprecio por sí mismo.
o El respeto ante su oposición y decisiones: la rebeldía de un niño es a veces una manera de protestar cuando el maestro o padre se empecina a modelarlo a su manera.
o Un trato justo: todos y más aun los niños se sienten lesionados, con las preferencias, las imposiciones y el abandono de los demás.
o Un ambiente responsable y claro: no es lo mismo exigir responsabilidad y no dar ejemplos de ella, a demostrar en la práctica que son estos los valores que rigen el comportamiento de los que lo rodean. Es la mejor ayuda para que un niño valore la disciplina y las normas.
o Padres y maestros: lo grave no es que los niños no los escuchen, lo delicado consiste en que te observa todo el tiempo. Y tú eres modelo a seguir de él.
o Una linda relación con Dios, distinta de una fe impuesta, rutinaria y sin vida: necesita además practicar algo que le apasione, un deporte o un arte en el que pueda expresar y sacar sus emociones a flote.